La mitología griega nos provee, desde sus personajes y relatos, un posible camino para el autoconocimiento y la potencial respuesta a la eterna pregunta, saber quiénes somos.
A través de la famosa inscripción previa a la entrada del templo dedicado al dios Apolo, quién iba en búsqueda de respuestas ante el oráculo, se encontraría con la primera lección: “Conócete a ti mismo”.
“Las grandes respuestas se encuentran en nosotros mismos, nada pasa si no nos conocemos de manera auténtica. El viaje que parte de donde estamos y pretende llegar a donde queremos estar a través del como somos no tiene atajos y solo es posible a través del autoconocimiento. Todo pasa por reconocer la verdad de lo que uno es”.
Para obtener una clara respuesta al ¿quién eres? primero debes conocerte bien a ti mismo, reflexionar, descubrir y aceptar de qué estas hecho; dejar las trampas y engaños de lado, escapar a los atajos y espejismos. Para que otros piensen en ti como quieres, primero debes pensarte así a ti mismo, y poder proyectar en los demás la imagen de quién eres tú.